Las mascarillas faciales son un producto cosmético que se emplea de manera puntual para complementar de forma sencilla el ritual de belleza diario. Para que los beneficios que ostentan sean realmente efectivos hay que buscar la que más se adecue a cada tipo de piel y que contenga los activos necesarios que ayuden a mejorar la dermis facial.
Como indican nuestras expertas de la piel, “las mascarillas faciales ofrecen beneficios desde la primera aplicación en tan solo unos minutos,” permitiendo purificar, hidratar o iluminar la zona. Estos efectos actúan tanto en pieles sensibles, como en pieles secas y deshidratas, o mixtas-grasas.
¿Para qué tipos de pieles existen mascarillas faciales?
Los beneficios para cada piel vienen determinados por los ingredientes activos de la mascarilla facial. La experta establece qué mascarilla habrá que utilizar dependiendo de las características de la dermis:
- Las pieles secas: deben utilizar una mascarilla hidratante.
- Las pieles acnéicas: para ellas está indicada una mascarilla purificante y calmante.
- Las pieles con rojeces: se benefician del uso de una mascarilla hidratante y calmante.
- Las pieles fotoenvejecidas: han de emplear una mascarilla con antioxidantes que iluminen e hidraten la piel.
- Las pieles con manchas: necesitan activos que unifiquen el tono de la piel.
Diferentes texturas
Este producto se puede encontrar en crema que se transforma en una película fina transparente a medida que se va secando, lo que permite que se pueda retirar de una sola vez. También existen las mascarillas impregnadas en un tejido, también conocidas como mascarillas tipo velo, que se adaptan a la piel y ejercen una acción más oclusiva. La experta recomienda las mascarillas en formato monodosis, puesto que “permiten probar estos cosméticos sin grandes inversiones.” Este producto en pequeñas dosis permite beneficiarse de los diferentes activos de cada mascarilla hasta encontrar la que se adecue a las necesidades de cada piel.